sábado, 22 de agosto de 2015

Homenaje a Daniel Rabinovich


Una pérdida para los amantes del humor y la sutileza

La muerte del integrante de Les Luthiers generó una gran tristeza en el mundo del espectáculo y la cultura. Ferias & Congresos recuerda con admiración su prolífica trayectoria

A los 71 años de edad, murió el artista Daniel Rabinovich, víctima de problemas cardíacos. Genial músico, actor y humorista, Rabinovich fue una de las piezas clave del grupo humorístico musical Les Luthiers, una formación legendaria que deleitó a públicos de varias generaciones con su humor sutil, inteligente, y un refinado tratamiento musical complementario a sus gags y chistes.

Rabinovich participó también como actor en películas como ¿Quién dice que es fácil?, de Juan Taratuto, en la que interpreta a un abogado que funciona casi como psicoanalista de su cliente; o en Papeles en el viento, del mismo director, donde se pone en la piel de un periodista deportivo corrupto.

Pero su ópera magna es el monólogo de uno de los espectáculos de Les Luthiers, en el que reemplaza transitoriamente a Marcos Mundstock en la locución, y lee la presentación de una canción errando la puntuación del texto, con lo cual cambia completamente el sentido de cada frase, generando así un efecto desopilante.
 Raúl Shakespear, el ministro de Cultura y Turismo de la Ciudad de Buenos Aires, Hernán Lombardi, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés, Carlos López Puccio, Jorge Maronna y Daniel Rabinovich en la presentación del nuevo libro y exposición con las fotos que Gerardo “Zoilo” Horovitz tomó del grupo humorístico-musical a lo largo de 30 años


Ferias & Congresos cubrió en 2013 la muestra Homenaje de Les Luthiers a su fotógrafo Gerardo “Zoilo” Horovitz, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, donde también fue presentado el libro de más de 200 páginas con 70 fotografías de su retratista, que reflejaban las extraordinarias performances en el escenario y la intimidad de los ensayos del grupo. Un libro con extraordinario diseño de Raúl Shakespear.

Otro de sus gags inolvidables era aquel en el que mientras Marcos Mundstock presentaba El ballet del lago encantado, él se acercaba y lo saludaba: “Mucho gusto, Rabinovich”.
Así lo recordaremos tras su partida: presentándose siempre. Inmortal, como todo artista, a quienes los sobrevive su obra, heredada por el público que la seguirá admirando.
Con una sonrisa, recordando su talento.

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