Con la renuncia de Oscar González y Graciela Raulera a la presidencia y vicepresidencia de la Feria del Libro Infantil y Juvenil, se acentúa la creciente crisis en el interior de la Fundación El Libro. Un estado de conflicto por el cual se desconoce aún la sede y director de la próxima 41ª edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que debería ser presentada el jueves 28 de agosto en la Biblioteca Nacional
En su renuncia, González expresa que esa decisión estaba tomada hace algunos meses “al comprobar que no se respetaba la voluntad de los socios expositores, tanto de la Cámara Argentina del Libro, CAL, como de la Cámara Argentina de Publicaciones, CAP, quienes optaron por El Dorrego”, y aun después de esa decisión tomada, un grupo de consejeros impulsó la realización de una parte de la muestra en Tecnópolis.
La división interna surge de la influencia de los consejeros liderados por Aurelio Narvaja, titular de Colihue y miembro de Carta Abierta. Y principal impulsor de la iniciativa de llevar la Feria Internacional del Libro al Parque del Bicentenario. Más allá de su alineamiento ideológico con el actual Gobierno Nacional, según artículos publicados por La Política Online y Clarín, Narvaja habría sido beneficiado con compras de libros por parte del Estado por un valor total de $27 millones.
Este cuadro de situación es el que viene desmembrando a la Fundación El Libro, tras la renuncia de Gabriela Adamo, directora Ejecutiva de la Feria Internacional del Libro; Gustavo Canevaro a la presidencia de la Fundación; y ahora Oscar González y Graciela Raulera a la presidencia y vicepresidencia del Comité Organizador de la Feria del Libro Infantil y Juvenil.
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