Siguen las indefiniciones y falta de criterios para la participación argentina en Expo Milán 2015. Los funcionarios oficiales encargados de llevar adelante la misión nunca respondieron la requisitoria periodística. E incluso rechazaron el diálogo en persona. Lo único que se sabe es el eslogan de nuestro pabellón: “Argentina Alimenta”
La próxima Exposición Universal que se llevará a cabo en la capital de Lombardía, Milán, la ciudad del diseño y la moda, de la alta cocina y del arte, desde el 1 de mayo hasta el 31 de octubre de 2015, todavía no tiene un proyecto de Pabellón Argentino, en medio de un inexplicable hermetismo sobre la participación nacional en una muestra cuyo lema es: “Alimentar el planeta, energía para la vida”.
El lema del pabellón argentino, a su vez, según pudo acceder este medio, es “Argentina alimenta”.
Durante varios meses este medio intentó contactarse con el comisario General del pabellón, embajador Carlos Bianco, y con el director Nacional de Promoción Económica Internacional, Martín Lettieri, responsables de la participación argentina en Milán. A pesar de su condición de diplomáticos, jamás atendieron un solo llamado ni respondieron un e-mail.
Pese al silencio infranqueable que rodea la presencia argentina, este medio accedió a la información de que hasta el momento habría un proyecto de un arquitecto amigo de un importante miembro del gabinete, (un boceto muy sencillo) y una reunión posterior a puertas cerradas y muy bajo perfil entre el Ministerio de Relaciones Exteriores, Ministerio de Cultura, Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, Ministerio de Turismo, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, Secretaría General de la Presidencia de la Nación, y Secretaría de Comunicación Pública de la Jefatura de Gabinete de Ministros, involucrados como responsables de la participación por el decreto presidencial declarando de Interés Nacional la presencia argentina en la Expo.
El resultado de la reunión, realizada en Cancillería hace algo más de un mes, fue un paper, un power point de 23 páginas, con el lema del pabellón en la portada: “Argentina Alimenta”.
Luego presenta información sobre la historia de las expos universales (con varios errores de fechas y conceptos, como también confundir el lugar de la primera expo universal, realizada en Londres y no en París según cita el memorando), menciona los eslóganes de los países vecinos (el de Chile lo hace erróneamente), y enuncia un estudio político sobre la concentración de las agroalimentarias en el mundo, en el cual hay 9 textuales de la presidenta de la Nación.
El power point discrepa en las estadísticas de exportación de miel con las del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, entre otros errores.
No hay ningún lineamiento, render o esquema que permita esbozar cómo será el Pabellón Argentino, ubicado en el centro de la expo al lado de China y Colombia, quién y cómo lo construirá, cuánto costará su mantenimiento, quiénes lo van a atender, y cuál será su objetivo de transmisión de imagen para reforzar el comercio internacional. Sólo se sabe que ocupará 3.700 m², de los cuales 1.907 m² serán netos bajo pabellón. Un espacio cedido por la propia Expo Milán.
Esperemos que no se repita el vicio de los decretos de necesidad y urgencia con un adjudicatario directo “por falta de tiempo”.
Argentina no es el único país en problemas; paradójicamente, Suiza tiene inconvenientes y sólo participarían Nestlé y Lindt en el espacio helvético. Además, algunas naciones se quejan de que “la organización de la Expo es un caos”.
En cuanto al Pabellón Argentino, diversas fuentes sostienen que “está todo armado, pero nadie sabe nada”. Las fuentes oficiales no responden los llamados para aclarar el trascendido.
Las consultas de Ferias & Congresos eran simples y sencillas al Comisario General del Pabellón, Embajador Carlos Bianco:
—¿Cuál será el contenido del pabellón argentino en Expo Milán 2015?
—¿Están definidos los lineamientos estratégicos? Por ejemplo, Chile se presenta como “nueva potencia mundial exportadora de materias primas y alimentos”, Brasil, con su proyecto en marcha, se presenta como un prodigio de capacidad tecnológica para multiplicar sus exportaciones, y Uruguay Sabores naturales confiables para el planeta es la forma con el que el vecino país propone la trazabilidad como aspecto competitivo de sus carnes, vinos, aceites y miel.
—¿Cuál será el objetivo del pabellón?
—¿Qué imagen se procurará dejar en el visitante?
—¿Habrá restaurante? ¿Con qué contenidos y estilos?
—¿Cómo y cuándo será el llamado a Concurso o Licitación para el diseño y la construcción del pabellón?
—¿Podrían ampliar las condiciones y a cuánto asciende la partida presupuestaria? Es algo que no queda totalmente claro en el Decreto declarando de Interés Nacional la participación argentina en la Expo Milán 2015.
“¿Y por qué tengo que responderle algo a usted?”
En la IV Convención Anual América Latina en la Economía del Conocimiento y la Información, una de las tantas convenciones que cubre nuestra revista, el director de este medio, Juan Carlos Grassi, se presentó ante el embajador Carlos Bianco comisario General del Pabellón Argentino y Secretario de Asuntos Económicos Internacionales (uno de los oradores del evento), y le preguntó por los avances del Pabellón Argentino en Expo Milán 2015, del cual es responsable.
El funcionario adujo estar apurado para llegar a tiempo a una reunión en Casa Rosada, y argumentó: “además, está lloviendo”, a lo cual el periodista le insistió sobre la necesidad de tener una nota periodística con él para poder informar sobre la participación argentina en Expo Milán 2015. En cinco oportunidades se le envió formalmente por escrito ese pedido, que ni siquiera fue respondido por cortesía, ya no digamos diplomacia.
“¿Y por qué tengo que reponderle algo a usted?”, contestó ese funcionario público con el deber de informar sobre los actos de gobierno, al director de la revista especializada Ferias & Congresos, profesional –y ciudadano– con el derecho de conocerlos y difundirlos.
Faltan alrededor de 200 días para cumplir con esa estratégica misión de comercio exterior, crucial para los 40 millones de argentinos.
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