Cómo duele la muerte de un amigo
Simplemente quiero compartir ese dolor con quienes también son amigos de este amigo que se fue. Que son muchos, porque cada espectador de sus trabajos podía considerarlo un amigo, por su aporte a la belleza y el arte, que era casi un gesto de amistad hacia los demás, hacia el mundo.
Es inevitable, de todas maneras, que mencione y enumere los logros, los hitos en la carrera del santafecino Héctor Berra, porque fue a partir de esas creaciones, que fueron apareciendo en notas que escribí para la revista Ferias & Congresos, que forjamos una amistad de casi 40 años.
Lo recuerdo como un gran tipo, buen consejero de sus pares, pero sobre como un artista creativo y talentoso, y fundamentalmente generoso, siempre pensando en nuevas formas e ideas para que el público disfrute.
Recuerdo como si fuera ayer –y la vigencia de su diseño de vanguardia lo justifica- su deslumbrante tractor gigante para Massey Fergusson en la Exposición Rural de 1977; un asombroso espacio, premiado, al que habíamos apodado “King Kong”, gestado a través del estudio Parodi-Berra.
Me parece verlo todavía entusiasmado en aquellos titánicos empeños que ponía detrás de cada idea, siempre hiperactivo; era un torbellino de creatividad y capacidad de trabajo. Viajaba mucho, siempre se actualizaba, y aplicaba todas sus capacidades como escritor, director de teatro y de televisión (además de su sapiencia académica como graduado en Filosofía) para presentar al público un espectáculo, una pieza teatral, una narración, en cada una de sus creaciones para exposiciones y eventos. Sus espacios impactaban, nunca pasaban inadvertidos. Él tampoco. Era imposible no apreciar su genio, hasta en los más mínimos detalles.
200 años del Campo Argentino:
Museo temporario de la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, 2010
Acto Inaugural de la exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, 2010. Espectáculo realizado en la pista central del Predio ferial de Palermo
Espectáculo de reapertura del Teatro Colón, 2010
Hasta el 12 de mayo, siguió trabajando en el Museo de la Constitución en Santa Fe y el Museo del Deporte en Rosario. En este tema había logrado unir pasiones irreconciliables al empatarlas en el talento con que había diseñado el Museo de Boca Juniors y el Museo de River Plate.
El 20 de junio a las 4 de la mañana, la muerte pretendió imponerse como un telón ocultando el escenario. Pero en el caso de los artistas, ese intento es en vano. Héctor Berra no sólo perdura a través de su empresa, que será continuada por sus hijos Camilo y Pablo, habituales colaboradores en sus tareas, sino porque cada una de sus creaciones ha dejado una huella en el inconciente colectivo, en los espectadores, que ningún ritual funerario podrá borrar. Hoy, 21 de junio de 2016, Héctor Berra, uno de los más talentosos creativos argentinos de los últimos años, fue sepultado en el cementerio Jardín de Paz de Pilar.
Lo sobrevive su obra, y muy especialmente el recuerdo imborrable en sus amigos, quienes no podemos dejar de quererlo como persona.
Juan Carlos Grassi