Por Juan Carlos Grassi (*)
El jueves 20 de diciembre, en conferencia de prensa, el jefe de Gabinete de Ministros, Juan Manuel Abal Medina dio a conocer el Decreto 2552/2012 del Poder Ejecutivo nacional que declara la nulidad del decreto 2699 de 1991. En consecuencia, desde el Gobierno se procura dejar sin efecto la venta del inmueble del recinto ferial de Palermo a la Sociedad Rural Argentina, realizada en 1991. Por esa venta, cuya cifra final de US$ 30 millones es hoy considerada “precio vil”, se iniciaron acciones legales contra el ministro de Economía de aquella época, Domingo Cavallo.
De todas maneras, los letrados asesores de la SRA ya se encuentran trabajando a destajo para la presentación de la medida cautelar que deje sin efecto el intento de expropiación, y entre los argumentos de defensa figuran la prescripción de esas causas originadas 21 años atrás, más allá de que, además, el precio de tasación final fue estipulado en función de las limitaciones de uso que se establecían para el predio, que bajo ningún concepto podía utilizarse para estadios, shopping centers u hoteles 5 estrellas. El artículo 1 del acta de compra establecía, entre las obligaciones del adquirente: “La SRA se compromete a destinar el inmueble objeto de la presente compraventa para la construcción y funcionamiento de un centro internacional de exposiciones y congresos, cuyo proyecto deberá cumplir con las bases determinadas”, además de “contribuir con el 5% de la recaudación de boleterías por los eventos que se realicen en el predio y depositarlos a la orden del estado Nacional. 2) Celebrar anualmente la Exposición de Ganadería, Agricultura e Industria Internacional, 3) Permitir la entrada gratuita en sus exposiciones y ferias a colegios, escuelas y entidades de beneficencia conforme a la reglamentación que se acuerde con el estado Nacional 4) Establecer descuentos especiales de hasta un 75% en las entradas generales de estudiantes y jubilados. La SRA se compromete también a preservar el patrimonio del predio, su identidad y significación para la comunidad”. Claúsulas que fueron cumplidas al pie de la letra, incluidas las mejoras edilicias en 1999 que agregaron pabellones y modernizaron los existentes.
La limitación al uso como recinto ferial y centro de convenciones fue la que posibilitó que se acordara un precio de venta más acotado, para un comprador que había utilizado el recinto desde sus inicios en 1878, que lo había construido en su totalidad y que lo había puesto en valor cuando aún no valía nada.
La historia del actual recinto se remonta a 1875, cuando Domingo Faustino Sarmiento, a un año de haber dejado la presidencia de la Nación, mientras se desempeñaba al frente de la Comisión del Parque Tres de Febrero, envía una nota dirigida al entonces presidente de la Sociedad Rural Argentina, José María Jurado, en la que otorga en forma provisoria un terreno “para celebrar en él, la sociedad que usted preside, exposiciones y ferias anuales”, y añadió: “Las exposiciones que han de celebrarse vienen a hacer un verdadero servicio al país y a contribuir al embellecimiento del local”.
En ese momento, el terreno del actual predio era un bañado con un rancho y un pozo, absolutamente intransitable. Uno de los miembros de la comisión directiva de la SRA de aquel entonces, Jaime Lacroze, cuestionaba que “tales terrenos no sirven a los fines que se piensa dedicarles, por la gran distancia a la que se encuentran del centro de la ciudad, y porque como el lugar está cubierto de bañados, la inconsistencia del suelo imposibilitaría la construcción de cualquier edificio”.
En enero de 1878 comenzaron las obras y trabajos de acondicionamiento del lugar. Cuando en el acto inaugural de la III Exposición de la Sociedad Rural Argentina el 22 de septiembre de ese año hizo uso de la palabra Domingo Faustino Sarmiento, destacó: “Las miradas no ven aquí los millones de metros cúbicos de tierra removidos para dar formas artísticas a la superficie”.
Era el primer aporte de la entidad del campo al predio, pero no sería el último. La construcción de los edificios para la Exposición Internacional de 1910 fue otro hito en la evolución edilicia del recinto. Allí fueron erigidos el Pabellón Frers, el Restaurante Central, las tribunas en torno a la Pista Central, entre otras áreas que conforman un patrimonio histórico de la ciudad de Buenos Aires.
En 1991, al firmar la transacción de compra, la Sociedad Rural Argentina puso a la venta su predio de 220 hectáreas en Del Viso para obtener un importe destinado en gran parte a la compra del predio de Palermo. Con el tiempo, se trataría de un negocio poco feliz, ya que la evolución de las tasaciones de aquella zona suburbana hubiera provisto hoy de un espléndido predio alternativo a la entidad, que sin embargo hubo de buscar socios para poner en marcha el recinto del campo en la ciudad.
Así, pasaron diversos empresarios y grupos que se alternaron en el manegement de Palermo. Pasaron también reformas y mejoras edilicias que insumieron más de US$ 150 millones, que deben ponderarse junto a los US$ 30 millones en que fue tasado el terreno.
El último de los socios de la SRA, el Grupo De Narváez, vendió hace menos de un mes su 50% del paquete accionario a Fénix Entertainment Group, quien a su vez comercializó la mitad de esa parte a Alto Palermo S.A. Es llamativo que se produzca el intento de estatización a tan poco tiempo de una venta importante de sus acciones. Incluso trascendió un encuentro entre los principales organizadores de exposiciones y los nuevos gerenciadores para ponerse al tanto del curso de acción que preveían.
No es la primera intención estatizadora sobre Palermo, que en 1947 debió ser devuelto al Estado Nacional por la SRA ante la demanda del gobierno de Juan Domingo Perón para utilizarlo como depósito militar, aunque allí también hubo exposiciones industriales y del campo, pero con un sesgo completamente diferente al de la SRA.
Cabe destacar que una parte del predio (el Pabellón Frers, la zona de Las Piedritas, contigua a la calle Juncal) ya fue pagada en su totalidad por la entidad del campo, que recibió dos cartas intimando el desalojo en 30 días, una dirigida a Florida 460 y otra al recinto de Palermo. La propia Sociedad Rural Argentina y todos sus socios se acercaron de inmediato a expresar su repudio al decreto gubernamental. Luis Miguel Etchevehere, flamante presidente de la entidad, dijo: “Es una confiscación. No se expropió por ley, lo que hicieron es una aberración jurídica”.
¿Qué sucederá con las 29 exposiciones programadas para 2013 (se hicieron 42 en 2011 y 33 en 2012), incluida la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, que ya pagó 2 de sus 3 cuotas de arrendamiento? ¿Qué sucederá con las miles de fuentes de trabajo que impulsa la industria ferial y congresística? ¿Qué pasará con los 140 empleados del predio y con los proveedores de esta industria? ¿Qué sucederá con los congresos internacionales que eligieron a Buenos Aires como sede, basándose en las instalaciones pero también en la eficacia de servicios de La Rural Predio Ferial de Buenos Aires? (Se hicieron 59 congresos en La Rural en 2011). El ministro Julio Alak dice que “habrá que alquilarle el predio al Estado”. Por el momento, la iniciativa estatizadora encuentra voces de fuerte rechazo en la industria y la producción, generando una imagen negativa en el exterior, donde, a partir de este tipo de intenciones, se observa con desconfianza a nuestro país para desarrollar inversiones o intercambios comerciales a gran escala.
(*) director de la revista Ferias & Congresos