Del 24 al 26 de noviembre en el Hotel Hilton se realizó el V Congreso de ICEM, la Federación Internacional de Sindicatos de la Química, Energía, Minas e Industrias diversas, que nuclea a 270 organizaciones gremiales de todos los continentes. Cada cuatro años la institución reúne a cientos de sus representantes para definir el plan de acción y elegir nuevas autoridades.
El último encuentro había sido en Tailandia y este año el país elegido fue Argentina, debido a la intensa participación de sus organismos sindicales en la Federación Internacional. El lema, en evidente coincidencia con la frase instalada por el gobierno local fue “todos y todas” y el congreso reunió a 820 delegados de más de cien países, entre ellos las distantes Bangladesh, Tailandia, Filipinas, Indonesia, Sri Lanka, Nepal, Japón, Moldavia, Rusia, España, Camerún, México, Estados Unidos y Canadá. La heterogeneidad del encuentro hizo que se realizaran traducciones de las sesiones en 13 idiomas y en el sitio web del congreso se transmitieron los encuentros en vivo y en directo en siete idiomas.
Además de tocar una extensa variedad de temas como la prevalencia del Sida, la discriminación a la homosexualidad y la cuestión de género en el ámbito laboral, se desarrollaron elecciones. Así, el 25 de noviembre fueron reelegidos Senzeni Zokwana (de Sudáfrica) como presidente y Manfred Warda como secretario general de la Federación.
“Trabajamos mucho sobre actividades conexas como la tercerización, el trabajo y el salario digno y la representación de los trabajadores en aquellos lugares donde existen realidades muy hostiles. En Colombia, por ejemplo los compañeros están siendo asesinados”, comentó Alberto Roberti, miembro titular del Comité Mundial de Latinoamérica y el Caribe y secretario general de la federación de Trabajadores del petróleo, gas y biocombustibles de Argentina.
Expansión
El de Argentina fue el último congreso que ICEM organiza como tal: “El año que viene planeamos fusionarnos con tres federaciones mundiales: la de las industrias metalúrgicas (FITIM) y la de los trabajadores textiles (FITTVC), del cuero y vestuario. Queremos tener más poder en la cadena de producción industrial, para tener una intervención más activa en caso de que los trabajadores tengan problemas”, señaló Tom Grinter, del departamento de campañas de ICEM. En cuanto al financiamiento del congreso, explicó: “Los delegados no pagan por participar de la reunión. EL ICEM administra un fondo especial en el que deposita 600.000 euros por año”.
De esta manera, el próximo congreso será en cinco años. Antes, la nueva entidad (cuyo nombre aún no está definido) se reunirá en Copenague, Dinamarca.
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