La situación empeora en el Centro Cultural General San Martín, CCGSM, que hace más de un mes se encuentra “tomado” por un grupo de personas no identificadas. Los manifestantes reclaman por su permanencia deliberada en la Sala Alberdi, se resisten a abandonar el sexto piso y la plaza seca y el miércoles 6 cortaron la calle Sarmiento. Además, obstruyeron la entrada principal al edificio estatal y generaron episodios de vandalismo contra el patrimonio.
“Es una situación muy complicada, el patrimonio del Centro está en riesgo, tanto las esculturas como toda la estructura del espacio cubierto. Esto no es una protesta social, es un hecho delictivo que va a tener sus consecuencias”, manifestó en exclusiva a Ferias & Congresos Gabriela Ricardes, directora del CCGSM; que continúa ejerciendo funciones desde su oficina, ubicada en el edificio en conflicto.
El campamento incluye entre 30 y 40 carpas ocupadas por personas que -según consignó Ricardes- “no son trabajadores del lugar, ni alumnos ni docentes del centro, ni personal del gobierno de la ciudad, sino que utilizaban el espacio en provecho propio”.
Entre otros inconvenientes, la manifestación entorpece el acceso de vehículos al estacionamiento concesionado del Centro Cultural, quienes han perdido un 60% de rentabilidad desde el inicio del conflicto, y hasta el tránsito peatonal se ve interrumpido por permanentes asambleas de 35 personas que impiden la circulación a pie por la plaza seca. Los fotógrafos de nuestro medio recibieron comentarios intimidatorios de los manifestantes, quienes a su vez les tomaron fotografías a los periodistas “por seguridad”, según dijeron.
Para entender mejor los orígenes del conflicto, haga click aquí.
La causa judicial está en manos de los magistrados Norberto Tavosnanska y y Fabiana Schafrik, quienes deberían efectivizar el traslado de los ocupantes en los próximos días, tal como lo establecería una resolución firmada por Schafrik el 28 de diciembre último. Para desarticular la protesta, antes los jueces deben determinar quién deberá hacerlo.
“Actualmente el Centro no está funcionando porque todavía estamos en receso de verano. Teníamos pensado retomar las actividades alrededor del 10 de marzo, confiamos en que la Justicia va a resolver esto. Hay varias causas en juego: una por la ocupación, otra por el sexto piso (donde hay un grupo de personas que desde hace meses viven en el edificio a modo de protesta), una más por la rotura del patrimonio. Todas esas instancias van a tener que ir resolviéndose. Con respecto al corte en calle Sarmiento, deberá hacer lo que corresponda la Policía Federal”, señaló Ricardes, que en todo momento expresó estar pendiente y confiada de la resolución de los jueces. Hasta el momento, no se ve ni un solo efectivo policial en la zona, donde el nivel de desprolijidad, suciedad y falta de higiene se torna cada vez más tangible, con aspectos hirsutos y malos olores intensos.
Sin embargo, según pudo saber esta publicación, el magistrado Norberto Tavosnanska tendría decidido no concretar el desalojo en lo inmediato.
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