jueves, 10 de abril de 2014

1º Encuentro Federal de la Palabra

La presidenta inauguró una nueva feria estatal del libro en el Parque del Bicentenario






Con un acto al que asistieron unas 1.200 personas, entre ellos muchos funcionarios, legisladores, intendentes y un nutrido grupo de militantes de La Cámpora, se inauguró el martes 8 de abril, a las 18:30, en el Parque del Bicentenario de Villa Martelli, el 1º Encuentro Federal de la Palabra.

El evento se extiende desde el 9 hasta el 20 de abril, pocos días antes de la inauguración de la 40ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, con la que evidentemente se superpone y compite. Concluye 2 días antes del inicio de las Jornadas Profesionales de la tradicional feria, donde, de todos modos, hay prevista una importante presencia oficial en el stand 602 del Pabellón Azul, con la Biblioteca Nacional, Ministerio de Educación y Secretaría de Cultura de la Nación como expositores.

Paradójicamente, el lema del evento es “La palabra incluye”, como síntesis de contenido de un encuentro que promueve la cultura, pero que agrupa sólo intelectuales afines al gobierno nacional. Al competir directamente con la Feria del Libro y llevar autores y empresas “propias”, el Encuentro Federal de la Palabra más que sumar, divide aguas en el terreno de la cultura.

En la inauguración, el Ministro de Educación de la Nación, Alberto Sileoni, comentó a Ferias & Congresos: “Nosotros formamos parte de este Gobierno, de este Estado, así que acompañamos este tipo de iniciativas. Este Encuentro Federal de la Palabra es para nosotros muy importante. Representa una serie de actividades que hace el Estado Nacional, como haber construido este sitio ya emblemático, Tecnópolis, que nuevamente va a ser espacio de la ciencia y la tecnología. En este caso, unos meses antes que esa exposición, en este mismo predio, este evento es también importante para nosotros, y estamos contentos. Creemos que es un modo más de democratizar la palabra y hacer una sociedad más justa”.

Una curiosidad del acto inaugural fue que, una vez concluido, los funcionarios recorrieron la muestra, pero la mayoría de los asistentes a la inauguración se fueron del recinto luego del acto.

El evento, una verdadera feria del libro paralela pero a la vez oficial, incluye una megalibrería manejada por Eudeba, a la que 50 editoriales le vendieron sus títulos al 50% de los precios de mercado. Por eso en el acto inaugural se pudo ver al presidente de la Cámara Argentina del Libro, Isaac Rubinzal, y al ex presidente de esa entidad, Carlos Santos; a Héctor Di Marco, de la Cámara Argentina de Publicaciones, y Carlos Horacio Arias, gerente de esa entidad.

Oscar González, Presidente de la Feria del Libro Infantil, comentó a Ferias & Congresos: “Creo que tendríamos que convenir en fechas, tenemos que complementarnos en este objetivo de la promoción del libro y la lectura, y evitar superponernos. Esto es lo que nosotros vamos a trabajar en esa dirección: no queremos que haya superposiciones, así optimizaríamos los resultados”. Otros integrantes de la Fundación El Libro presentes fueron Roberto Lightowler Sthalberg y Gastón Etchegaray, de Grupo Planeta, que aportó 800 títulos a la megalibrería, junto con 150 de Tusquets, 200 de Corregidor y 100 de Paidós, entre otros.

Casi todo el Consejo Directivo de la Fundación El Libro estuvo presente, salvo su presidente, Gustavo Canevaro, que estaba de viaje en ese momento.

Entre los espacios expositivos se destacó una zona que imitaba una playa con reposeras para leer con la sensación de hacerlo frente al mar, y un gran stand de artesanías ocupado rotativamente por creadores de Chaco, Salta, Misiones y Chubut.

La puesta en escena expositiva se resuelve a través de instalaciones temáticas, entre las que se destacan espacios de provincias y organismos oficiales, como la Casa de Moneda. Katya S. Daura, presidenta de esa dependencia, destacó: “Estamos muy contentos y muy orgullosos de tener en el Parque del Bicentenario un Encuentro de la Palabra, sobre todo federal. En el stand de Casa de Moneda particularmente, vamos a ver la impresión desde las primeras imprentas y la creación del papel hasta la última imprenta digital con tecnología de datos variables, que nos permiten obtener la impresión y encuadernación de un libro personalizado en 10 minutos”. En otro espacio, ocupado por Papelera Palermo, se podía apreciar el proceso de reciclado y fabricación de papel. Marcos Fernández, directivo de esa firma, comentó: “Sí, el año pasado estuvimos como expositores en la 39ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, pero ocupamos un espacio mucho más chico. Este año pudimos hacer esta demostración en una superficie más amplia”. La máquina era operada por el linotipista Reinaldo López, quien comentó: “Tengo 82 años y hace 70 que soy linotipista. Desde los 12 años, es decir desde que aprendí el oficio en la Escuela Don Bosco de Artes Gráficas León XIII. Toda mi vida estuve en el oficio y ahora estoy en la ex Biblioteca Nacional, donde recuperamos la imprenta histórica que estaba en el subsuelo. La imprenta Naire nos donó una máquina vieja, la reparé y con eso hacemos los programas de los eventos que se hacen allí”.

En el estrado, ubicado sobre un pequeño escenario dentro del recinto, se encontraban, de izquierda a derecha, el Ministro de Cultura, Jorge Coscia, el Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, al centro, la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, el Ministro de Educación, Alberto Sileoni,  y el Secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli.

A un costado, en una pequeña tribuna tubular, seguían la inauguración varios miembros del Gabinete, como el Ministro de Economía Axel Kiciloff, el de Turismo, Carlos Enrique Meyer, el de Defensa, Agustín Rossi, y otros funcionarios como el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro. También estuvo presente Jorge Telerman, presidente del Instituto de Cultura de la anfitriona provincia de Buenos Aires.

Entre los espectáculos que acompañaron el acto inaugural, y que fueron incluidos en la transmisión por cadena nacional de radio y televisión, hubo un espectáculo cómico de stand up de Guillermo Celsi, además de canto de bagualas y otras expresiones, como el número de rap de Mustafá Yoda. Salvo el de bagualas, los demás espectáculos de calidad opinable.

Finalmente, el punto culminante fue el discurso de la presidenta de la Nación, quien ahora sí pudo inaugurar una feria del libro afín en un espacio adepto, rodeada de militantes con sus banderas y cánticos.

La primera mandataria habló 12 minutos, en los que aprovechó la cadena nacional para referirse más a temas de agenda y coyuntura política (la violencia creciente y su tratamiento mediático, la inminente huelga general convocada por sindicalistas opositores) que a la propuesta cultural del evento.

Al finalizar el acto inaugural, la Presidenta –que asistió a esta inauguración liberada de la bota ortopédica que venía usando desde su esguince en el viaje a Italia-  recorrió la muestra en un carrito eléctrico manejado por Javier Grossman, jefe de la Unidad Bicentenario, el impulsor e ideólogo de este encuentro cultural.

La muestra de todos los libros de Julio Cortázar es, sin dudas, el punto saliente en cuanto a calidad de contenido, de esta feria del libro paralela reservada a los intelectuales con ideas afines a las del Gobierno Nacional, un evento que se superpone y compite con la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, cuyos expositores, en un 72,11% del total, se negaban a dejar La Rural para mudarse a Villa Martelli.

Queda en el aire la pregunta de cuál es la razón para haber montado todo un evento paralelo en vez de sumar esfuerzos e inversión en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Evento al que la presidenta de la Nación se niega sistemáticamente a inaugurar (la última vez que estuvo en el acto inaugural fue en la 33ª edición, de 2007, como senadora), tal vez por rechazo al recinto de La Rural donde se lleva a cabo.

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