sábado, 5 de abril de 2014

El último viaje de Daniel Benincasa


Por Juan Carlos Grassi

Tenía un gran corazón, generoso, bien predispuesto y con ganas de compartir, Daniel Benincasa era alquien que al acercarse a una mesa de reunión siempre tenía buenas anécdotas o comentarios para aportar, irradiaba, saben bien quienes lo conocieron, una simpatía sin igual.
Lamentablemente, ese corazón finalmente lo abandonó a los 78 años, el pasado viernes 28 de marzo.
Era un notable emprendedor comercial, pero además un inquieto lector y adepto a las manifestaciones culturales. Tanto, que cuando con tenacidad virginiana fundó hace 22 años la empresa de logística que lo tuvo al frente hasta su último día de vida, la bautizó Hobbit, inspirado por El señor de los anillos, la obra de J.R.R. Tolkien.
En esa consagrada saga, el hobbit es quien transporta el anillo, sorteando todo tipo de dificultades para alcanzar sus objetivos.
Con ese espíritu la firma que llevó adelante (junto a Edmundo Tombeur, quien se sumó desde hace 10 años como socio), se dedicó a solucionar logística y transportes de grandes volúmenes a grandes distancias desde y hacia el exterior del país.
En una entrevista de Ferias & Congresos, había definido su tarea: “Los tiempos para el manejo de este tipo de carga no se miden con calendario, sino con reloj, porque para el expositor que hace una inversión importantísima para venir a una feria de tres o cuatro días en nuestro país, el hecho de que la carga no llegue a tiempo es una pérdida tremenda”. Tal vez por eso su hobby era coleccionar relojes de diferentes modelos y usarlos alternadamente.
Hoy, el legado comercial de Benincasa lo continúan sus hijas Gabriela y Paola, y su socio Edmundo Tombeur.

Nuestro adiós a una persona muy positiva, que gustaba de cantar a menudo para expresar su buen estado de ánimo, muy querido por sus amigos y quienes lo conocieron por razones profesionales, y que ha dejado un gran recuerdo de su vida, y una obra empresarial exitosa.

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