Otra vez con demoras y sin proyecto de pabellón argentino
Un camino lleno de indefiniciones sigue la participación argentina en esta megamuestra. Hubo una espectacular presentación italiana en Buenos Aires, y ya hay 147 países participantes. El Papa Francisco y Barack Obama estarán allí. Argentina todavía no empezó a trabajar en su pabellón propio de 1.907 m²
De izq. a der: Alessandro Mancini, director de Turismo de la Expo, Teresa Castaldo, Embajadora de Italia en Argentina, Piero Galli, director General de la Expo, y Salvatore Costanzo, director del ENIT Latinoamérica, con la mascota de la expo, Foody, una cara compuesta de frutas y verduras, al estilo Arcimboldo
Con la confirmación de Estados Unidos, llegaron a 147 los países que oficialmente definieron su participación en la Expo Milán 2015 (Argentina había participado en la primer edición de Milán 1906). Esta muestra, cuyo tema es “Alimentar el planeta: la energía para la vida”, se desarrollará en esa ciudad del norte de Italia desde el 1 de mayo hasta el 31 de octubre de 2015, en un predio de 1.700.000 m². Constituyéndose en la segunda exposición internacional registrada o expo universal del siglo XXI, luego de Shanghai 2010, y espera atraer unos 20 millones de visitantes de todo el mundo. Prueba de esa importancia es que Italia promovió la expo en Buenos Aires el 26 de marzo, con la embajadora Teresa Castaldo, Salvatore Costanzo, director del ENIT Latinoamérica, el director General de la Expo, Piero Galli, y el director de Turismo de la Expo, Alessandro Mancini, entre otros altos representantes de la península.
Esta megamuestra además expresa una gran importancia estratégica y cultural, ya que señala el “regreso a Occidente” de las muestras internacionales, tras varias ediciones que tuvieron como sede destinos del Lejano Oriente (Japón, China y Corea).
Para conocer en profundidad las características que tendrá la participación argentina en esta megamuestra, Ferias & Congresos envió una carta al director nacional de Promoción Económica Internacional de la Cancillería, Martín Lettieri, quien no respondió esa carta, pero fue consultado personalmente en el evento de presentación de Milán 2015 en Buenos Aires. Allí, el funcionario dijo que no podía dar información porque “todavía no estamos trabajando ni dando información a la prensa ni al sector privado. En la página web de la Expo están los datos”. Después de comentarle lo avanzado que se encuentra el pabellón de Chile, el funcionario dijo, contradiciéndose: “En estas semanas estaremos trabajando fuertemente”. Sobre el nuevo organismo que reemplaza a la Unidad BIE, a cuyo frente asumió en diciembre de 2013, Lettieri opinó: “No tenía sentido tener una oficina específica para ese tema”.
Primer
contacto: Teresa Castaldo, embajadora italiana, conversa con el funcionario
Martín Lettieri, responsable de la participación argentina
El camino hacia la expo
Cuando Argentina acercó su adhesión en 2011, era el país número 40 en cumplir con esa formalidad. Pero fue el 17 de diciembre de 2013 cuando nuestro país firmó el contrato para la participación en la Expo Milán 2015, un convenio suscripto por el Canciller Héctor Timerman, y el comisionado de la Expo, Giuseppe Sala, convirtiéndose en el país número 84 en cumplir con ese trámite. La superficie del pabellón argentino será de 1.907 m² y estará ubicado cerca del de China y contiguo al de Colombia.
Toda esta información fue provista por las fuentes de la propia Expo Milán 2015. Además de la confirmación de Estados Unidos (cuyo pabellón seguramente será inaugurado por Barack Obama), se supo que la expo será visitada también por el Papa Francisco.
En la presentación en Buenos Aires, con un elegante cóctel en el Monasterio Santa Catalina, el director General de la Expo Milán 2015, Piero Galli, comentó en exclusiva a nuestro medio: “Alemania ya ha empezado a construir su pabellón, que tiene 4.500 m². Los países que ocupan pabellones no pagan nada de arrendamiento, sólo invierten en la construcción. Tenemos previstos1.400 millones de euros de inversión, otros 1.100 millones para que la Expo funcione, y otros 1.100 millones más que es el producto de la inversión de los países, y esperamos recibir 20 millones de visitantes. Hasta el momento trabajan 230 personas en la organización, pero los que están en el mundo de la expo son entre 3.000 a 4.000 personas”.
Mientras en los estamentos oficiales argentinos lo que abunda es la indefinición, en los medios de Chile publican extensas notas que dicen: “Así será nuestro pabellón en la Expo Milán: La vitrina con la que Chile espera volverse potencia alimenticia”. Puede verse el diseño del equipo interdisciplinario del arquitecto Cristián Undurraga y Eugenio García, que resultó vencedor en un concurso de 21 propuestas con un diseño muy urbano, en el que se destaca una gran “Mesa de Chile” para degustaciones de productos típicos, y contempla tanto la arquitectura del pabellón como el relato de sus conceptos y contenidos. Con proyecto y diseño de profesionales de ese país, como corresponde.
Otros países que tienen adelantados sus proyectos son Ecuador, que tiene publicado en la red un atractivo render animado de su pabellón; Italia, con un edificio de aires renacentistas, pero a la vez sustentables, muy moderno, ecológico; y hasta Vietnam e Irán. Argentina es uno de los grandes exportadores de alimentos del mundo y tiene un vínculo cultural histórico muy importante con Italia. Hasta ahora, la forma de proyectar la participación en Milán 2015 parece disimular más que destacar esos aspectos favorables.
Render del pabellón
de Chile, donde se puede observar el avanzado estado del proyecto del país
trasandino
Pabellón de Italia: El país anfitrión participará con una presencia que combina lo futurista con la tradición renacentista
Retención en Aduana
El dato desprolijo fue la retención en la Aduana de cuatro cajas de material promocional traído días antes por esa delegación, consistente en pen drives con información de prensa, lapiceras, pins y dos cajas con 150 remeras blancas con el logo de Expo Milán 2015. Por un control aleatorio, la Aduana interpretó como una importación textil la entrada de esas remeras, que “debía comprobarse que no tienen valor comercial”.
Bastaba con mirarlas para comprobarlo. Para destrabar esa situación, tuvo que intervenir la embajada para traer el material –ya pasado el evento– como franquicia diplomática.
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